¿Últimamente has observado a tus vecinos realizando comportamientos un tanto «extraños»? Ya sabes: deambular por la calle, movimientos arrítmicos de arrastre de pies, los ojos con alguna legaña de más y ojeras que les llegan hasta el suelo, y, especialmente, una extraña querencia por comer carne fresca. Y no, no nos referimos a comer filetes de buey poco hechos o a degustar algún plato como steack tartar…
Piénsalo un momento… Si tu respuesta es afirmativa, ya puedes ir bajando a tu supermercado más cercano y hacer acopio de un buen puñado de paquetes de papel higiénico, porque quizás, y solo quizás, tus vecinos se han convertido en zombies.
Como decía Jack El destripador: vayamos por partes. ¿Estamos realmente preparados para sobrevivir a una pandemia provocada por un virus zombie? La respuesta es tan peligrosa como contundente: No. Ni el mismísimo Fernando Simón atiborrado de almendras podría salvarnos del ataque de un virus zombie.
¿Existe realmente el virus Solanum?
Solanum es el nombre científico de un virus cuyas sintomatologías recuerdan, y mucho, a las que hemos visto en cualquier peli de zombies —como Guerra Mundial Z—, o series como Dead Seat (del creador de Black Mirror) y The Walking Dead.
Progresión de la infección
En la primera hora, se sufren dolores, la zona infectada comienza a tomar un color morado y oscuro. La infección al haber sido provocada por una herida, la sangre de esa zona se coagula.
En las sucesivas horas aumenta la fiebre, pueden producirse convulsiones, demencia, dolor en las articulaciones y vómitos.
A partir de unas ocho horas de infección se comienzan a entumecer las extremidades, se dispara la fiebre superando los cuarenta grados, aumento de demencia y pérdida de la coordinación.
Después de unas 10 horas de infección, se sufre parálisis y entumecimiento generalizado además de disminución de la frecuencia cardiaca.
Unas horas después el infectado cae en coma.
Antes de haber pasado veinticuatro horas, parada cardiaca y actividad cerebral nula.
A las 24 horas o antes, resurrección como Zombie.
Estudio sobre el virus Solanum
No os lo toméis a broma: algunas revistas científicas como la prestigiosa BMJ, dependiente de la mismísima asociación British Medical Association (sí, ponemos el nombre en inglés para que el artículo parezca algo más serio) publicó en 2015 un artículo que se hacía eco de las investigaciones de la doctora Tara C. Smith, la cual, ha sido una de las primeras en realizar investigaciones —de andar por casa— sobre el virus Solanum.
Pasando por alto que el artículo se publicó en plenas navidades, cabe señalar que los editores de la revista mencionaron que el escrito no se trataba de ninguna broma y que incluso había sido revisado por un puñado de niños inocentes, muchos de ellos familiares de los científicos que trabajan en los laboratorios.
En Internet encontraréis multitud de artículos relacionados con el virus Solanum. Por si alguien no lo tiene claro todavía: sí, es un virus ficticio. Así que tranquilos, no existe. De hecho es el virus que aparece en la novela: Zombi, guía de supervivencia, escrita por Max Brook.
Un libro muy interesante en el que a modo de ensayo periodístico, se recogen una serie de entrevistas a personas de todo el mundo que han tenido contacto con el apocalipsis zombie. Historias de supervivencia, en la mayoría de los casos, que sirvieron de inspiración para la película Guerra Mundial Z, desarrollada por la productora de Brad Pitt y que el mismo actor protagonizó.
Hablando en serio, el virus Solanum es importante porque sigue la tendencia de George A. Romero «el padre del género zombie» de dotar a estos seres de unos antecedentes víricos. Hasta la llegada de Romero, los zombies se hallaban identificados con brujerías y sortilegios relacionados con Haití, la magia negra y el vudú.
Desde luego, si alguien consiguió cambiar la tendencia fue Robert Kirkman y su saga de novelas gráficas The Walking Dead. En el cómic, y también en la serie, se aclara que la pandemia zombie que azota el planeta es debida a un extraño virus, el cual, no se transmite por el agua o el aire (como sí ocurre con muchos virus reales) sino que se contagia a través del contacto con personas infectadas: mediante las mucosas o de forma más directa, a través de un mordisco.
Aunque mucho se había hablado del virus de The Walking Dead, hace muy poco conocimos la «explicación real» de Kirkman: «el virus surge a través de unas esporas venidas del espacio que infectan a la población de la Tierra». Posiblemente hayas leído mucho sobre esto en medios de Internet, algunos sabían perfectamente que fue una broma de las de Kirkman, nosotros huimos de los titulares engañosos (como cuándo ponen el titular de que saben que pasará X cosa y cuando lees el artículo todo son conjeturas).
"El origen del virus por esporas en #TheWalkingDead, fue una broma de Kirkman." #PostTDZ Share on XEn el caso del libro y la película Guerra Mundial Z, se habla del virus Solanum, el cual, posee una tasa de mortalidad del 100%. Es decir, si eres mordido por uno de los zombies que asolan el planeta tu capacidad de supervivencia es nula.
Según se explica en estas historias, el virus era brutal. Su carga vírica afecta al cerebro de tal forma que este ya no necesita de oxígeno ni agua. Por lo que se podría decir que el cerebro se desvincula del cuerpo humano en que reside, sufriendo una muerte clínica pero con la particularidad de que el cuerpo sigue funcionando al estar conectado con el cerebro. La descomposición del organismo se vuelve más lenta hasta que finalmente su mantenimiento resulta imposible.
"El cerébro ya no necesita de oxígeno ni agua. El cuerpo sigue funcionando al estar conectado con el cerebro." #PostTDZ Share on XLa productora de Brad Pitt, Plan b, se ha encontrado con todo tipo de problemas para realizar la secuela de la película. Hubo un baile de directores entre los que destacaron David Fincher, o el español J. A. Bayona, pero las complicadas agendas impidieron que las negociaciones llegaran a buen puerto. Pese a que en 2019 se anunció la cancelación oficial del film, hace unos meses, dos de los productores dijeron que seguían muy interesados en retomar la esperadísima secuela.
Mientras tanto, no te confíes, y si comienzas a observar comportamientos extraños en la gente o incluso si sientes unas ganas irrefrenables de comerte un buen filetazo crudo, no te lo tomes a broma, podría ser que el virus Solanum fuese real.
Esperamos que te haya gustado, si es así, por favor, dinós que te gustan este típico de publicaciones o estamos perdiendo el tiempo jaja.