Contenido de Zombie casero
Si eres de esos que no se quedan satisfechos con hacer un maratón de la última temporada de The Walking Dead o eres de los que empatizas tanto con los personajes de la peli La noche de los muertos vivientes que sin darte cuenta estás dando bocados a tu compañero de piso, entonces, este artículo te va a interesar.
Porque algo tienen los disfraces que a todos nos llaman la atención. Es una oportunidad única de meternos en la piel de aquellos personajes que admiramos, jugar a imitar su comportamiento o sus gestos. ¡La oportunidad de ser otra persona por un día!
De todos los disfraces, el de zombie es una de las grandes estrellas. Especialmente, si tenemos la cuenta bancaria más vacía que el cerebro de un devora cerebros.
Y es que un disfraz de zombie casero es algo que podemos confeccionar nosotros mismos, con cualquier cosa que tengamos en casa y de forma fácil e intuitiva. No se necesitan conocimientos en confección ni patronaje. Como siempre, la imaginación será la que marque la diferencia.
Pero tranquilo, si tu creatividad está algo apagada, aquí tenemos algunos consejos para conseguir el mejor disfraz de zombie.
Recomendaciones iniciales
Lo primero que debes tener claro es el tipo de personaje que quieres representar. Lo más sencillo sería optar por un típico ciudadano que un buen día –o mejor dicho, mal día– fue atacado por una horda de zombies. Sería el típico ejemplo de los zombies que vemos en las pelis de terror o en cualquier episodio de The Walking Dead, es decir, vestirnos de forma corriente pero con aspecto zombie (ropa desgarrada, heridas, sangre, ojeras, etc.).
Otras opciones son darle una vuelta de tuerca al típico disfraz. Por ejemplo, puedes buscar un disfraz en pareja: un cura y una monja, un indio y un vaquero, un poli y un ladrón.
Otra idea sería recrear alguna escena en grupo. ¿Y si varios os vestís de zombies y además añadís un elemento común para crear disparatadas coreografías? Imagínate vestirte de zombie con unos amigos para recrear una especie de horda, y además añadir un disfraz de caballo. En un momento dado de la fiesta, podéis devorar al que lleve el disfraz de caballo para despiporre del resto de invitados.
Un paso más allá: convertir un personaje famoso y reconocible en zombie. Sí, todos estamos pensando en personajes como políticos, pero también daría mucho juego las versiones zombies de deportistas, cantantes o personajes de películas. ¿Te imaginas un Chaplin zombie?
Una vez que ya tengas decidido el personaje que quieres convertir en un no muerto, te debes poner manos a la obra. Quizá la única recomendación es informarte de que muy probablemente la ropa que decidas usar para el disfraz se quedará bastante maltrecha y no la podrás volver a utilizar para tu vida de humano aburrido. Por lo demás, solo tienes que dejar volar la imaginación…
La ropa
Primero vamos a considerar las recomendaciones más obvias para la ropa. Deberás coger unas tijeras para realizar pequeños agujeros a tus camisas y pantalones, luego –ayudándote de los dedos–, hacer jirones irregulares que den aspecto de que esa parte de tu indumentaria ha sido desgarrada por algún zombie.
Menos obvio y muy efectivo: darle a tu atuendo un aspecto más envejecido. Si algo hemos aprendido de las pelis de zombies es que estos monstruitos pueden deambular durante años hasta que alguien decida aplastarles la cabeza. Por lo tanto, resulta lógico pensar que sus ropas estarán muy envejecidas, mugrientas y llenas de polvo.
Si eres previsor, antes de tu gran puesta de largo coge la ropa seleccionada y guárdala en un lugar con polvo (como podría ser un desván o trasero) durante varios días o semanas. Otro truco: enterrarla durante unas horas en un hueco de tu jardín o incluso en el campo o la playa.
El maquillaje
El maquillaje del rostro y de otras partes visibles del cuerpo es fundamental para que el disfraz de zombie quede muy realista. Y si no que se lo digan a los Susurradores de The Walking Dead.
Por suerte, en las tiendas de disfraces o tiendas de conveniencia puedes encontrar todo tipo de geles o piezas de látex para simular pieles desgarradas, heridas, o sangre seca.
Pero si no tienes tiempo para ir de tiendas –ya sabes lo peligrosos que pueden ser los centros comerciales en pleno apocalipsis zombie– entonces te proponemos algunos trucos que más bien parecen salidos de la sabiduría popular de las abuelas.
Por ejemplo, es recomendable que antes de untarte la cara y el cuerpo con tinta roja, te maquilles bien con una base de maquillaje blanco o color carne. De este modo, todo lo que pongas sobre ese maquillaje quedará más natural y mejor adherido, por lo que no te tendrás que preocupar de que a mitad de fiesta se te caiga la sangre en la fuente de ponche –para pasmo de ese invitado que tanto te gusta–. ¡Ridículos no, por favor!
Si vas a usar líquidos que venden para imitar la sangre a base de pintura y colorantes rojos, sí es importante que mires la composición de la etiqueta. Debes comprobar que están confeccionados con base de agua evitando así posibles reacciones alérgicas.
Para darle un toque más zombificado, mezcla el líquido rojo con un poquito de agua y un ingrediente denso como puede ser la miel. Mézclalo todo bien en un vaso, dale vueltas con una cucharilla y conseguirás una sustancia de aspecto más viscoso y denso, igualito que la sangre seca que todo zombie que se precie luce para esas noches de deambular durante horas por la ciudad desierta.
Para demostrar que tu personaje ha sido víctima de un violento ataque zombie, sería conveniente que mancharas la ropa también con esta solución rojiza. Lo ideal: pon periódicos en el suelo, coloca la ropa sobre ellos y con una brocha o cepillo mancha las prendas produciendo un efecto de salpicadura. Realiza la operación desde diversos ángulos para que las salpicaduras sean irregulares. ¡A nadie le gusta un zombie con manchas perfectamente geométricas!
Es fundamental usar abundante sombra de ojos de color negro para conseguir un efecto ojeras aterrador. Si eres un buen fan del género, sabrás que los zombies tienen la mirada muy penetrante. Eso solo se consigue con una buena capa de color alrededor de los ojos y los párpados. Si añades un lápiz de tonos morados, el resultado dará más miedo que el muñeco diabólico con un paquete de pilas Duracell.
Complementos
Admitámoslo: la típica diadema trasnochada que simula que te han clavado un cuchillo en la cabeza es cosa del pasado. Nosotros somos de la generación The Walking Dead: ni Rick ni Michonne se han enfrentado nunca a zombies con diademas de plástico.
Así que te recomendamos algunos consejos prácticos que harán que tu disfraz de zombie de un salto de calidad.
Por un lado, la lengua. A todos nos encanta ir sacando la lengua a nuestros amigos durante una mítica fiesta del fin del mundo. Para convertirla en una auténtica lengua zombie podemos volver a preparar en un vaso una pequeña mezcla a base de agua y algún colorante alimenticio. Piensa que hay colorantes comestibles de color naranja, rojo o incluso negro.
Los ojos son sin duda la joya de la corona de todo gran disfraz. De momento, el presupuesto que te hemos propuesto es muy ajustado, así que, si te puedes permitir una pequeña inversión te recomendamos que adquieras unas lentillas de colores para llamar la atención de todos. Las hay de todos los tipos: blancas, amarillas, rojas, etc. De nuevo, es importante que adquieras este tipo de productos en tiendas especializadas y autorizadas; o en farmacias y tiendas ópticas para asegurar que la seguridad de tus ojos no se ve comprometida.
Ya tienes todo lo necesario para meterte en la piel de un auténtico zombie del apocalipsis. Ante todo, evita los grupos de humanos, los policías, los moteros armados con ballestas y, especialmente, evita que nadie te aplaste el cerebro; recuerda que es el único punto débil de los no muertos.
